sábado, 7 de noviembre de 2009

Etapa 5

Bien indicado, si señor
El Carrascalejo

.....y bajando


Subiendo, direccion a los Santos



Ultimando preparativos




Torre de San Francisco en Zafra, indica la salida del camino.











MI VÍA DE LA PLATA
Etapa 5: Zafra – Mérida
30 de octubre de 2009
Kms: 68,37
Tiempo de pedaleo:5 h. 16 m.
Velocidad media: 12,95 km/h.
Velocidad máxima: 41.01 km/h.

Salimos de Sevilla a las 7 de la mañana con las bicis en el coche y con la ilusión de comenzar un nuevo tramo que nos acerque un poco más a nuestra meta de llegar a Santiago.
Viaje tranquilo y relajado por la autovía hasta Monesterio, donde nos detuvimos a desayunar en el Hotel Leo (situado en la carretera al final del pueblo justo antes del desvío a la izquierda donde se toma el camino) unas magníficas tostadas con jamón, jamón.
Retomamos la autovía y enseguida llegamos a Zafra, nos dirigimos al recinto ferial y aparcamos el coche frente a la Jefatura de la Policía Local.
Después de descargar las bicis, colocarle las alforjas a una y el carro a la otra, me encaminé hacia la mencionada jefatura y les informé que dejábamos el coche tres días enfrente, que nos lo vigilaran y que, de paso, nos sellaran las credenciales cosa que hicieron de buen agrado y nos dijeron que estuviéramos tranquilos que allí al coche no le iba a pasar nada.
A las 9 en punto iniciamos el pedaleo pasando por la torre de San Francisco y tomando la primera cuesta del Alto de San Cristóbal. Mi colega Miguel empezó la bajada con cuidado ya que, salvo un pequeño entreno, estaba estrenando el carro.
Pasamos por Los Santos y nos lanzamos a por Villafranca por un paisaje muy bonito pero al que le faltan unas buenas lluvias ya. El camino empieza por una buena pista, luego un camino rural y después otra vez una buena pista, de la que hay que hablar aparte.
Una recta de 16 interminables kilómetros con el sonido monótono del paso de las ruedas sobre la gravilla que hipnotizaba.
De pronto la bicicleta me hace un extraño y me veo esquivando la cuneta por menos de 10 cm y volviendo a la pista. No os lo creeréis, pero me había quedado dormido y no me pegué un piñote de milagro. Continué el camino riéndome de mi mismo por como iba a explicarlo si de verdad doy con los piños en el suelo.
Una vez pasado Torremejía un pequeño tramo por carretera hasta llegar a unos eucaliptos retomar el camino y entrar en Mérida por el Puente Romano.
Tomamos habitaciones en el Hostal Senero en la calle Holguín, las bicis a buen recaudo, rodeadas de aspidistras, en un patio interior cubierto y nosotros, después de la reparadora ducha y colada nos dirigimos a dar vueltas por Mérida, tomar cervecitas y tapas.
Debo destacar que en todo el camino sólo nos encontramos un grupo de peregrinas a pie.

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