miércoles, 2 de junio de 2010

La otra y el carro

Después de los besos de despedida de rigor y  un poco de ajetreo por la falta de experiencia en coger tren màs bici, hemos conseguido colocar las bicis en el furgón de cola gracias a la ambilidad del revisor (al César lo que es del César) y aquí estamos sentaditos dispuestos a aguantar las 4h15 hasta Mérida. Luego Dios proveerà.

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